14 agosto 2006

Bonus track (contratapa)

Este libro se empezó a escribir en los rincones de las reuniones familiares, mirando divertirse a los otros niños, hablando con personas inexistentes, en las siestas, observando el paisaje pasar velozmente por la ventanilla.
Se escribió en el baño, en los descuidos de mis padres, detrás de la puerta. En los bancos del fondo, con la vista fija en la nuca de otro y en el paso del tiempo. Se escribió bajo las sábanas de mi cama, con poquísima luz. En los culos y las tetas de las minas dibujadas en mi mente. En la penitencia.
En los defectos. Bajo el agua. Detrás de la careta. Lo escribí en las miles de fichas jugadas a perdedor. A la sombra. Segundo a segundo.
Leyendo. En las caras vivas de los muertos. En las ratas. En los actos patrios, en las salas de espera y en las revisaciones médicas. Tirando la basura. Cepillándome los dientes, haciéndome el nudo de la puta corbata.
Mirando la tele. Fuera de hora. En servilletas, cartas y declaraciones siempre rechazadas. En el lado de atrás, más allá del margen.
Reclamando mis derechos. En reuniones larguísimas, perdiendo el tiempo.
Lijando paredes, limpiando bujías, haciendo trámites y sánguches. Vendiendo. Escribí esperando, caminando. Escribí escribiendo otras cosas, tareas, machetes, balances, resúmenes, solicitudes. Mirando mi número, aguardando la hora.
Pensando mentiras. Inventando excusas. Prometiendo. Manejando. Después de un despido. Después.
En ratos abducidos de tareas importantes. En todas las llegadas tarde a todos los trabajos.
Lo escribí entre dosis. Aguardando la mañana. Resacoso. Aguantando las ganas. Planeando delirios.
Es un libro robado a la nada.